martes, febrero 01, 2005

Mediodía (la otredad)

Tú, conciencia, que nos bañaste de luz cuando permanecíamos en la gran noche de la mismidad, ¿cuando vas ha darnos el mediodía que anhelamos?

Tú, que iluminaste nuestra caverna para que viéramos lo que existía fuera de nosotros, luz del amanecer, luz de la otredad, eres tú la que genera las sombras.

Nuestro mundo ha girado bastante, pero no lo suficiente, siempre al amanecer, siempre en la mañana las sombras son más grandes, y todavía anhelamos el mediodía.

Cuando la noche nos cubría, cuando la inocencia nos guiaba, las estrellas, luces inofensivas, eran el depósito de nuestras dudas.

Pero ahora las sombras conviven con la realidad, y se disfrazan con nuestra piel.

Anhelamos mediodía porque en él las sombras desaparecen, en él las sombras se hacen más pequeñas, con él llega el fin del pecado original: la memoria.

2 Comments:

At 3:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

Antropológicamente reflexivo. Memoría es recuerdo en su estado más puro, sin la intoxicante y ya inevitable conciencia, que es la base de la culpa y el remordimiento.
Me gustó.
PD: espero tu respuesta del escrito "nosotros".

 
At 5:30 p. m., Anonymous Anónimo said...

siempre entro para ver si respondiste y nada... este blog está abandonado?

 

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